jueves, 7 de febrero de 2008

Charles Dickens (1812)

Nació en Landsport, Portsmouth. Fue un famoso novelista inglés y uno de los más conocidos de la literatura universal, quien supo manejar con maestría el género narrativo, el humor, el sentimiento trágico de la vida, la ironía, con una aguda y álgida crítica social así como las descripciones de gentes y lugares, tanto reales como imaginarios.

El padre de Dickens era soñador, manirroto y carente de todo sentido práctico, aunque también era un buen hombre. A los 11 años, Charles, sin escolarizar, sin libros, tuvo que cuidar de sus hermanos pequeños, y acabó de infantil obrero en una fábrica de betunes.

Aquella experiencia le marcó de forma honda y para siempre. Dickens, a sus doce años, vivía sólo en una habitación cercana a la cárcel, debido a su calidad de obrero, que le otorgaba una cierta autonomía.

Charles abandonó por fin la tenebrosa fábrica, y asiste a una buena escuela, la Wellington House Academy, que abandonó a los 15 años, para trabajar como mensajero en un despacho de abogados. Aprendió taquigrafía, y con 17 años se conviertió en reportero independiente frecuentando tribunales de testamentarias y asuntos eclesiásticos. Mal remunerado y con deseos de prosperar, se le ocurrió la idea de meterse a actor para lo que empiezó a estudiar arte escénico, que finalmente no ejerció como profesional, pero acabó entrando en un periódico, el Mirror of Parliament, de redactor.

Hombre inquieto y de gran imaginación, inició por fin la carrera literaria en diciembre de 1833, cuando le publicaron por primera vez una obra en el Monthly Magazine, que después se ampliaría enviando relatos al Bell´s Life in London y al Evening Chronicle, tras lo que empezó a emplear el seudónimo de Boz.

En 1835 conoció a su primer editor, Macrone, y en 1836, en abril, se comienzó a publicar en forma de serial su primera novela The Pickwick Papers. Contrajo matrimonio con Catherine Hogarth, hija de un colega, y dejó su trabajo en los diarios para consagrarse a escribir como novelista.

Los títulos se suceden y los éxitos también. En 1840, sin olvidar sus orígenes que tanto le habían ayudado a darse a conocer, Dickens fundó un periódico semanal, en donde publicaría más tarde La tienda de antigüedades.

Se 1842 a 1846 cambió de frecuentemente de residencia. Sus triunfos se sucedieron, es un novelista querido, aclamado y respetado, pero su vida matrimonial resultó un desastre.

Finalmente en 1858, los Dickens se separaron, ya que Charles se había enamorado de una jovencísima actriz, Ellen Ternan, relación amorosa que tampoco concluyó bien.

En 1859 y durante 11 años, inició una ronda ininterrumpida de conferencias públicas, que él escenificaba teatralmente con gran aceptación de audiencia.

En 1867, volvió por segunda vez a Norteamérica siendo aclamado entusiásticamente. Regresó a su país en mayo de 1868, continuando con sus conferencias, escribiendo sin cesar y asistiendo a relevantes actos sociales. En marzo de 1870 fue recibido por la reina Victoria en audiencia.

El exceso de infatigable trabajo, su vida personal conflictiva en el terreno afectivo, le condujeron a una muerte prematura y repentina, el 8 de junio de 1870, por un derrame cerebral, muriendo el día siguiente.

Sus restos reposan en la Abadía de Westminster.

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